Horno salvaje apuesta a la nutrición
Por Karla Cruz Bonilla
Leisha Morales Guardarrama es la creadora de Horno salvaje, bizcochos veganos con una receta a base de cosechas del país con ingredientes que aportan un valor nutricional real siendo más que un postre. Para ella, un proyecto evolutivo que se va transformando según la necesidad de sus consumidores, de acuerdo a la educación y curiosidad. Es la creatividad como medio de enseñanza que apuesta a la belleza como gancho para generar cambios.
Pastel de limón, col rizada, parcha, arándano y rosas.
Sus diseños delicados se inspiran en la naturaleza por su belleza y crudeza. «Soy de las que anda por la calle frenando para ver flores, apreciando los árboles, observando con detenimiento los colores y las texturas. También me estimulan las situaciones cotidianas, conversaciones, el arte, la música, la filosofía, la psicología, al igual que la teosofía», expresó Leisha.
Morales creció junto a la cocina, pero aterrizó en la agricultura después que a sus dieciocho años tuvo el diagnóstico de endometriosis, enfermedad uterina, y dos operaciones. Al no recibir contestaciones concretas por los médicos del sistema de salud convencional, esa frustración la motivó a indigar sobre cómo curar a través de la buena alimentación. Esto también le brindó la oportunidad de correr dos establecimientos naturistas y comenzó a estudiar a profundidad sobre su condición; adicional pudo interactuar con personas de distintos pueblos y conocer sus padecimientos. Así que se expuso como conejillo de Indias —como dice ella— logrando controlar la endometriosis de una manera radical, además de sorprendente para los doctores.
Todo este camino recorrido la expuso a la producción agroecológica del proyecto, El josco bravo, creado en el 2011 en Toa Alta, Puerto Rico. «Después del huracán María, viví muy de cerca la crisis alimentaria, al igual que todo el país. Así pude unirme a grupos de apoyo, recorrí barrios y campos, más mi visión inicial se hizo mucho más fuerte al presenciar la realidad. Esto me llevó de manera natural a experimentar en la cocina. Crecí en una casa donde los alimentos se utilizaban para manejar emociones, así que la comida siempre fue mi punto débil. En los bembés que formábamos después de trabajar la tierra, nos reuníamos y compartíamos el alimento. Ahí comencé una que otra vez a llevar bizcochos confeccionados con las mismas cosechas. Asimismo pertenecí al colectivo, Huele a tierra, en fin la agricultura cambió por completo mi visión, mi vida, mi pensar...», contó.
Taller de pastelería vegana
El objetivo principal de Horno salvaje, es brindar felicidad, crear conexión entre la mente, el ojo y lo que estás consumiendo. Hacerte detener la carrera mental y física que vivimos para apreciar lo que tenemos alrededor. Los alimentos están confeccionados con amor e intención. A esto le podemos sumar los ingredientes que añaden nutrición. Estas inigualables creaciones culinarias son para ocasiones especiales o para darte un gusto consciente, ya que al final siguen siendo postres y deben ser consumidos con mesura.
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